La tensión y la desconfianza, empezarán a aflorar entre la tripulación de una embarcación pesquera, donde el instinto de supervivencia les enfrentará en un espacio en el que deberán mantenerse en cuarentena, para comprobar que no se han contagiado y no son un peligro para el resto de la humanidad. Ante tal premisa, podríamos estar hablando de una producción hecha a raíz de la situación vivida en 2020, pero si tenemos en cuenta que ‘Contagio en alta mar’ (‘Sea Fever’, en su título original) es una producción de 2019, podemos estar ante uno de aquellos títulos de terror adelantados a su propio tiempo.

Contagio en alta mar
De la mano de la irlandesa Neasa Hardiman, llega este debut en el largometraje de una directora que se posiciona como un talento a tener en cuenta, sobre todo que durante los últimos años (por fin) se está consiguiendo una visibilidad mucho mayor del papel de las mujeres como realizadoras de cine de terror y derivados. Con una trayectoria que se remonta hasta inicios del nuevo siglo, Hardiman empezaba a labrarse su carrera a través de varios cortometrajes, hasta que llegó su entrada en la industria del entretenimiento gracias a la pequeña pantalla, con un par de episodios de ‘Jessica Jones’ en su currículum.

Apostando por una clásica historia de horror en alta mar, esta es una de esas que podríamos enmarcar entre el terror y la ciencia ficción, pues nos trae a la mente títulos tan dispares como ‘La cosa’ o ‘Abyss’, y en la que algo que está claramente presente es el que nos encontramos ante un ejemplo de eco-terror de los de antaño, en el que un grupo de personajes (en el interior de un barco), deberá lidiar con una amenaza externa (una criatura tentacular y los parásitos que esta libera), exponiendo una serie de horrores que bien podrían ser considerados una suerte de castigo divino, tal y como auguran las leyendas marineras del norte de Irlanda con las que la protagonista de la historia es avisada a la hora de embarcar.