La capacidad de los ordenadores y del software para generar imágenes que parezcan del todo reales es cada vez más asombrosa. El hombre de la foto no es el real. El rostro original fue reemplazado por la cara que ahora vemos. El experimento lo hizo un equipo de especialistas del Dartmouth College en Estados Unidos. Sin más ayuda que la observación de la nueva foto sería muy difícil o incluso imposible que pudiéramos descubrir el engaño. Y esto constituye también una advertencia de que la manipulación de fotos con fines delictivos es cada vez más difícil de detectar y peligrosa. (Fuente: NCYT de Amazings)