Por primera vez, investigadores alemanes enviaron células solares orgánicas y de perovskita en un cohete al espacio. Las células solares resistieron las condiciones extremas del espacio, produciendo energía a partir de la luz solar directa y de la luz reflejada por la superficie de la Tierra.

 

El trabajo, publicado en la revista Joule, sienta las bases para una futura aplicación de estas células solares cerca de la Tierra, así como para posibles misiones en el espacio profundo.

 

Uno de los objetivos de las misiones espaciales es reducir al mínimo el peso del equipo que lleva el cohete. Si bien los actuales paneles solares inorgánicos de silicio utilizados en las misiones espaciales y en los satélites tienen una gran eficiencia, también son muy pesados y rígidos. La tecnología emergente de las células solares híbridas de perovskita y orgánicas, que son increíblemente ligeras y flexibles, se convierte en un candidato ideal para futuras aplicaciones.

 

«Lo que cuenta en este campo no es la eficiencia, sino la energía eléctrica producida por peso, lo que se denomina potencia específica«, dice el autor principal Peter Müller-Buschbaum de la Universidad Técnica de Múnich en Alemania. «El nuevo tipo de células solares alcanzó valores de entre 7 y 14 milivatios por centímetro cuadrado durante el vuelo del cohete».

 

«Aplicadas en láminas ultra delgadas, un kilogramo de nuestras células solares cubriría más de 200 metros cuadrados y produciría suficiente energía eléctrica para hasta 300 bombillas estándar de 100 W», dice el primer autor Lennart Reb, de la Universidad Técnica de Munich. «Esto es diez veces más de lo que ofrece la tecnología actual».