La cárcel de San Luis, ubicada en Santo Domingo Este, bautizada como “cárcel del horror”, cuya función tiene efecto en una capilla donde están alojados los reclusos de esa jurisdicción, de la provincia Santo Domingo, será demolida el próximo miércoles.

El acto, que está pautado para las 11:00 de la mañana, será encabezado por el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez.

Tras la demolición de esta cárcel iniciará la construcción de un nuevo recinto, que forma parte  del Plan de Humanización del Sistema Penitenciario Nacional, en el que se contempla intervenir  41 cárceles, con fondos del dinero obtenido a raíz del acuerdo alcanzado con las empresas Odebrecht y  Embraer.

Rodríguez destacó que, a partir de la implementación del Plan, todas las infraestructuras penitenciarias cumplirán, gradualmente, con todas las normas internacionales de derechos humanos, así como también con los estándares mínimos para el tratamiento de privados de libertad aceptados por la Organización de las Naciones Unidas, mejor conocidos como “Reglas de Nelson Mandela”.

Estas reglas constituyen un homenaje al legado del difunto presidente de Sudáfrica, Nelson Rolihlahla Mandela, que pasó 27 años encarcelado durante su lucha por los derechos humanos, la igualdad, la democracia y la promoción de una cultura de paz en el mundo.

Un chiquero
Listín Diario realizó una serie de reportajes en torno a la cárcel de San Luis, describiendo sus condiciones deplorables, y presentó con preocupación este problema en su editorial del 20 de diciembre de 2017, bajo el titulo “Que cierren ese chiquero”. En esta pieza editorial, Listín expone que a la prisión le llaman “cárcel de paso”, pero en realidad es lo más parecido a un chiquero, solo que en lugar de cerdos allí se hacinan los que han cometido delitos en la provincia de Santo Domingo y que esperan por sus medidas de coerción, las que a menudo duran mucho para ser dictadas”.

Y agregaba que “el recinto está sobrecargado de “presos de paso” en dos celdas, sin camas ni colchones, sin cámaras de vigilancia, con apenas dos pequeños baños.

A muchos de esos imputados se les exponía entonces por tiempo más allá de lo razonable, a causa de la tardanza con que los tribunales procesan sus sentencias; además, se dan casos denunciados por la prensa, de reclusos que duran meses esperando las notificaciones de medidas de coerción.

Sobre la demolición de la cárcel se han pronunciado la Defensora del Pueblo, Zoila Martínez; el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños; la exdirectora de la Oficina de Defensa Pública, Laura Hernández, y el presidente del CARD, Miguel Surún Hernández.

CÁRCEL DE PASO
Se le conoce como cárcel de paso y está a pocos metros de la carretera de San Luis. No posee las mínimas condiciones para tener detenida a una persona por más de un par de horas, aunque actualmente algunos permanecen durante días y meses.