La capa de ozono es una franja de gas que protege a la Tierra de la mayor parte de la radiación ultravioleta del sol.

A finales de la década de los 70, los científicos descubrieron que la humanidad estaba creando un agujero en este escudo protector que permite la vida en el planeta al absorber esa radiación solar. 

Determinaron que este agujero, “causado por los gases que agotan la capa de ozono (SAO) utilizados en aerosoles y refrigeración, como refrigeradores y aparatos de aire acondicionado, amenazaba con aumentar los casos de cáncer de piel y cataratas, y dañar plantas, cultivos y ecosistemas”.

Entonces la comunidad científica decidió hacer un llamado a la comunidad internacional advirtiendo sobre el peligro que corría esta capa estratosférica.
 

Acción global                                                                              

Y hubo respuestas. El Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono fue aprobado y firmado por 28 países el 22 de marzo de 1985. Más adelante, en septiembre de 1987, tuvo lugar la redacción del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.

El objetivo de este protocolo, explica Naciones Unidas, “es la protección de la capa de ozono mediante la toma de medidas para controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan, con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base del progreso de los conocimientos científicos e información tecnológica”. 

De esta forma, los gobiernos, los científicos y la industria se comprometerían “a trabajar juntos para eliminar el 99 por ciento de todas las sustancias que reducen la capa de ozono”.
La respuesta global se tradujo en logros que se celebran cada 16 de septiembre en el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, con tan buena recepción que en el año 2009, la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal se convirtieron en los primeros tratados de la historia de las Naciones Unidas en lograr la ratificación universal.


Buenas noticias

En marzo de este año, científicos de la Universidad de Colorado Boulder publicaron que la capa de ozono se está recuperando. La noticia, publicada en la revista Nature, indicaba que todo se debía a esas políticas adoptadas tres décadas atrás.

Para la ONU, este este día es una buena muestra de que las decisiones y acciones colectivas, guiadas por la ciencia, son la única forma de resolver las grandes crisis mundiales.

“En este año de la pandemia de COVID-19, que ha traído consigo tantas dificultades sociales y económicas, el mensaje de los tratados para salvar la capa de ozono de trabajar conjuntamente y en armonía por el bien común resuenan más que nunca y se convierte en un mensaje fundamental en estos días. El lema del día, «Ozono para la vida», nos recuerda que el ozono no solo es crucial para la vida en la Tierra, sino que debemos continuar protegiendo la capa de ozono para las generaciones futuras”, señala el organismo internacional.