Britney Spears quiere recuperar algo más que el control de su fortuna, quiere que su padre se aparte”, apunta Liz Day, periodista y editora en ‘The New York Times’.

Los fans de la cantante impulsaron el movimiento ‘Free Britney’ para alertar sobre la situación a la que estaba sometida. Numerosas celebridades se han sumado a la iniciativa para mostrar su apoyo a Britney Spears.

Tras convertirse en una superestrella del pop, se vio sometida a un continuo escrutinio que aumentó con su noviazgo y ruptura con Justin Timberlake. Tras el estreno del documental, él le ha pedido disculpas por su comportamiento.

“Para entender dónde está Britney ahora deberíamos entender cómo ha llegado hasta aquí”. Con esta premisa, el documental ‘Framing Britney Spears’, producido por The New York Times y disponible en Hulu, repasa el auge y caída de la ‘princesa del pop’ y la batalla legal que, desde hace meses, mantiene para liberarse de la tutela que su padre ejerce sobre ella desde el año 2008, con un control absoluto sobre todos sus movimientos.

Una decisión adoptada por cuestiones de salud mental y que, en principio, iba a ser temporal, aunque casi trece años después se mantiene vigente, con Britney peleando desde hace meses en los juzgados para que esa situación cambie. 

De momento, y a la espera de nuevas audiencias sobre el caso el 17 de marzo y el 27 de abril, Jamie Spears compartirá el control sobre la actividad de Britney con el fondo de inversión privado Bassemer Trust.

. “Britney Spears quiere recuperar algo más que el control de su fortuna, quiere que su padre se aparte”, apunta Liz Day, periodista y editora en ‘The New York Times’, quien  ha seguido el caso de cerca, igual que las seguidoras que impulsaron el movimiento ‘Free Britney’ en la primavera de 2019, después de que la artista desapareciera de la escena pública sin que se supiera la razón.

Más tarde se reveló que había ingresado en un centro psiquiátrico por orden judicial tras la petición de su padre. A la iniciativa ‘Free Britney’, que ha recibido un nuevo impulso con el estreno del documental sobre la artista, desde un principio se sumaron celebridades como Miley Cyrus, Paris Hilton o Cher.

OBJETIVO DE LOS PAPARAZZI.

A finales de los 90, y años después de haber triunfado en ‘Mickey Mouse Club’, Britney Spears se convirtió en el gran fenómeno de la música pop en un momento en el que no eran las mujeres las que más éxito tenían, sino las ‘boy bands’, que vivían su época dorada, lo que no impidió a la joven artista arrasar con ‘Baby one more time’ y, un año después, con ‘Oops!… I did it again’, dos trabajos que obtuvieron ventas millonarias.

Su éxito y su posterior relación y ruptura con el cantante Justin Timberlake, la convirtieron en el foco de atención de los medios, que escrutaron cada uno de los movimientos de la joven cantante, que no pudo escapar tampoco ni de la inevitable sexualización ni de responder a preguntas que nadie le habría hecho nunca a un artista masculino.

Britney Spears y Justin Timberlake se habían convertido en ‘la pareja de América’ y, tras su ruptura, Timberlake asumió un papel de víctima que convirtió a Britney en centro de todas las críticas. 

Él, ahora, tras el estreno del documental que repasa todo lo ocurrido con Britney, ha pedido perdón por cómo se comportó entonces.

Pero el peor momento de la cantante llegaría sin embargo tiempo después, en 2007, tras su divorcio de Kevin Federline tres años después de su matrimonio, con varios escándalos públicos y la pérdida de la custodia de sus dos hijos tras su ingreso en un centro de salud mental.

En el documental se repasan alguno de esos episodios protagonizados por la cantante en los que quedó claro que algo no iba bien, pero que más que para generar alarma, sirvieron en su momento como motivo de mofa, como pasó cuando se rapo el pelo o cuando atacó con un paraguas el vehículo de uno de los paparazzis que la seguían habitualmente.

Daniel Ramos, el fotógrafo increpado por Britney Spears en febrero de 2007, recuerda en el documental la relación de la cantante con la prensa. “Al principio, cuando los paparazzis seguían a Britney, se notaba que lo disfrutaba. Ella saludaba, era muy amigable, un amor de niña. Era como si nos necesitara y nosotros la necesitáramos a ella. Ambos nos necesitábamos y teníamos una gran relación”. 

“Todo explotó cuando tuvo su primer hijo con Kevin Federline. Todos querían un pedazo de Britney. Los medios sensacionalistas pagaban mucho dinero. Cuando estás atrapado en todo eso, en esa telaraña, realmente no ves por lo que está pasando el famoso”, apunta, antes de negar -pese a las evidencias- que Britney pidiera alguna vez que todo aquello parara.

BRITNEY, DISPUESTA A ABANDONAR LOS ESCENARIOS.

Fue el padre de Britney quien en aquel momento decidió tomar cartas en el asunto y solicitar la tutela temporal de Britney.  Algo que, como explica Liz Day en el documental, está diseñado para personas mayores que no pueden cuidar de sí mismas ni de su dinero, razón por la que la justicia otorga poderes a otra persona.

“Esto fue inusual, porque Britney es tan joven y productiva… pero se especuló con que podía estar lidiando con problemas mentales o abusos de drogas. Es algo sorprendente teniendo en cuenta que Jamie no era una figura importante en su vida antes de ello”, asegura la periodista de ‘The New York Times’.

El abogado especializado en custodias Adam Streisand revela que Britney Spears le comunicó que no quería que su padre fuese su tutor ni controlase sus finanzas, y que pidió que fuera un profesional independiente, algo que le denegó la justicia. 

Al parecer el control sobre Britney es exhaustivo, tal y como explica Liz Day: “Según los registros judiciales, los tutores de Britney pueden controlar quién puede y no visitarla, y mantener guardias de seguridad sobre ella las 24 horas del día. Tienen el poder de acceder a sus registros médicos y comunicarse con sus médicos, tomar el control de su casa e, incluso, cancelar sus tarjetas de crédito”. 

No sólo eso: también pueden firmar contratos y acuerdos de grabación, giras y apariciones en televisión por ella. “Se especula con que Britney podría haber aceptado la tutela, básicamente, porque estaba preocupada por ver a sus hijos”, sobre los que había perdido la custodia.

Desde 2008, Britney Spears, ha seguido trabajando, cosechando éxitos musicales y aumentando su fortuna. El pasado noviembre, sin embargo, después de que la justicia rechazara su demanda para “liberarse” de las ataduras de la custodia legal, anunció que estaba dispuesta a abandonar indefinidamente los escenarios si su padre no deja de tutelarla.  

Los fans de la cantante impulsaron el movimiento ‘Free Britney’ para alertar sobre la situación a la que estaba sometida. Numerosas celebridades se han sumado a la iniciativa para mostrar su apoyo a Britney Spears.

Tras convertirse en una superestrella del pop, se vio sometida a un continuo escrutinio que aumentó con su noviazgo y ruptura con Justin Timberlake. Tras el estreno del documental, él le ha pedido disculpas por su comportamiento.

“Para entender dónde está Britney ahora deberíamos entender cómo ha llegado hasta aquí”. Con esta premisa, el documental ‘Framing Britney Spears’, producido por The New York Times y disponible en Hulu, repasa el auge y caída de la ‘princesa del pop’ y la batalla legal que, desde hace meses, mantiene para liberarse de la tutela que su padre ejerce sobre ella desde el año 2008, con un control absoluto sobre todos sus movimientos.

Una decisión adoptada por cuestiones de salud mental y que, en principio, iba a ser temporal, aunque casi trece años después se mantiene vigente, con Britney peleando desde hace meses en los juzgados para que esa situación cambie. 

De momento, y a la espera de nuevas audiencias sobre el caso el 17 de marzo y el 27 de abril, Jamie Spears compartirá el control sobre la actividad de Britney con el fondo de inversión privado Bassemer Trust.

. “Britney Spears quiere recuperar algo más que el control de su fortuna, quiere que su padre se aparte”, apunta Liz Day, periodista y editora en ‘The New York Times’, quien  ha seguido el caso de cerca, igual que las seguidoras que impulsaron el movimiento ‘Free Britney’ en la primavera de 2019, después de que la artista desapareciera de la escena pública sin que se supiera la razón.

Más tarde se reveló que había ingresado en un centro psiquiátrico por orden judicial tras la petición de su padre. A la iniciativa ‘Free Britney’, que ha recibido un nuevo impulso con el estreno del documental sobre la artista, desde un principio se sumaron celebridades como Miley Cyrus, Paris Hilton o Cher.

OBJETIVO DE LOS PAPARAZZI.

A finales de los 90, y años después de haber triunfado en ‘Mickey Mouse Club’, Britney Spears se convirtió en el gran fenómeno de la música pop en un momento en el que no eran las mujeres las que más éxito tenían, sino las ‘boy bands’, que vivían su época dorada, lo que no impidió a la joven artista arrasar con ‘Baby one more time’ y, un año después, con ‘Oops!… I did it again’, dos trabajos que obtuvieron ventas millonarias.

Su éxito y su posterior relación y ruptura con el cantante Justin Timberlake, la convirtieron en el foco de atención de los medios, que escrutaron cada uno de los movimientos de la joven cantante, que no pudo escapar tampoco ni de la inevitable sexualización ni de responder a preguntas que nadie le habría hecho nunca a un artista masculino.

Britney Spears y Justin Timberlake se habían convertido en ‘la pareja de América’ y, tras su ruptura, Timberlake asumió un papel de víctima que convirtió a Britney en centro de todas las críticas. 

Él, ahora, tras el estreno del documental que repasa todo lo ocurrido con Britney, ha pedido perdón por cómo se comportó entonces.

Pero el peor momento de la cantante llegaría sin embargo tiempo después, en 2007, tras su divorcio de Kevin Federline tres años después de su matrimonio, con varios escándalos públicos y la pérdida de la custodia de sus dos hijos tras su ingreso en un centro de salud mental.

En el documental se repasan alguno de esos episodios protagonizados por la cantante en los que quedó claro que algo no iba bien, pero que más que para generar alarma, sirvieron en su momento como motivo de mofa, como pasó cuando se rapo el pelo o cuando atacó con un paraguas el vehículo de uno de los paparazzis que la seguían habitualmente.

Daniel Ramos, el fotógrafo increpado por Britney Spears en febrero de 2007, recuerda en el documental la relación de la cantante con la prensa. “Al principio, cuando los paparazzis seguían a Britney, se notaba que lo disfrutaba. Ella saludaba, era muy amigable, un amor de niña. Era como si nos necesitara y nosotros la necesitáramos a ella. Ambos nos necesitábamos y teníamos una gran relación”. 

“Todo explotó cuando tuvo su primer hijo con Kevin Federline. Todos querían un pedazo de Britney. Los medios sensacionalistas pagaban mucho dinero. Cuando estás atrapado en todo eso, en esa telaraña, realmente no ves por lo que está pasando el famoso”, apunta, antes de negar -pese a las evidencias- que Britney pidiera alguna vez que todo aquello parara.

BRITNEY, DISPUESTA A ABANDONAR LOS ESCENARIOS.

Fue el padre de Britney quien en aquel momento decidió tomar cartas en el asunto y solicitar la tutela temporal de Britney.  Algo que, como explica Liz Day en el documental, está diseñado para personas mayores que no pueden cuidar de sí mismas ni de su dinero, razón por la que la justicia otorga poderes a otra persona.

“Esto fue inusual, porque Britney es tan joven y productiva… pero se especuló con que podía estar lidiando con problemas mentales o abusos de drogas. Es algo sorprendente teniendo en cuenta que Jamie no era una figura importante en su vida antes de ello”, asegura la periodista de ‘The New York Times’.

El abogado especializado en custodias Adam Streisand revela que Britney Spears le comunicó que no quería que su padre fuese su tutor ni controlase sus finanzas, y que pidió que fuera un profesional independiente, algo que le denegó la justicia. 

Al parecer el control sobre Britney es exhaustivo, tal y como explica Liz Day: “Según los registros judiciales, los tutores de Britney pueden controlar quién puede y no visitarla, y mantener guardias de seguridad sobre ella las 24 horas del día. Tienen el poder de acceder a sus registros médicos y comunicarse con sus médicos, tomar el control de su casa e, incluso, cancelar sus tarjetas de crédito”. 

No sólo eso: también pueden firmar contratos y acuerdos de grabación, giras y apariciones en televisión por ella. “Se especula con que Britney podría haber aceptado la tutela, básicamente, porque estaba preocupada por ver a sus hijos”, sobre los que había perdido la custodia.

Desde 2008, Britney Spears, ha seguido trabajando, cosechando éxitos musicales y aumentando su fortuna. El pasado noviembre, sin embargo, después de que la justicia rechazara su demanda para “liberarse” de las ataduras de la custodia legal, anunció que estaba dispuesta a abandonar indefinidamente los escenarios si su padre no deja de tutelarla.