El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se reunió ayer con representantes del mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva, que describieron un encuentro “positivo” para iniciar la transición de poder en Brasil. En tanto, los bloqueos de rutas por parte de seguidores del presidente derrotado se extinguían.

La conversación, que no estaba agendada, tuvo lugar después de una reunión con Ciro Nogueira, jefe de gabinete del mandatario saliente en el palacio presidencial de Planalto, para coordinar el traspaso de poder el 1º de enero, dijo el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, quien lidera el equipo de transición de Lula.

“Fue positivo. El presidente me invitó para que fuera a su gabinete (…), y reiteró la disposición del gobierno a pasar todas las informaciones para que haya una transición guiada por el interés público”, dijo Alckmin a periodistas.

“La transición comenzó”,

había dicho antes tras el encuentro con Nogueira.

Las palabras de Alckmin parecen desactivar la incertidumbre provocada en Brasil por el silencio de dos días del presidente y los bloqueos de rutas que mantenían desde el domingo sus seguidores, furiosos por la victoria de Lula.