Inspirados por la cualidad más llamativa de una carismática planta, unos investigadores han desarrollado un bioplástico autolimpiable que es resistente, sostenible y fácilmente compostable. Resulta ideal para el envasado ecológico de alimentos.

 

Este innovador bioplástico ha sido desarrollado en la Universidad RMIT de Melbourne en Australia.

 

El equipo de Mehran Ghasemlou diseñó el bioplástico con las características adecuadas para permitir su fabricación a gran escala, asegurándose de que resulte sencillo de elaborar y de que pueda integrarse fácilmente en los procesos de fabricación industrial ya existentes.

 

El nuevo bioplástico se fabrica a partir de materias primas baratas y ampliamente disponibles (almidón y celulosa) para mantener bajos los costes de producción y para favorecer una rápida biodegradabilidad.

 

El proceso de fabricación no requiere aumentar la temperatura ni usar equipamiento complejo.

 

Tal como enfatiza Ghasemlou, la naturaleza está llena de estructuras asombrosamente eficientes que pueden inspirar a los investigadores a desarrollar nuevos materiales. Y un buen ejemplo es el caso del nuevo plástico que, según confiesa Ghasemlou, es casi una réplica de la estructura repelente a líquidos y a suciedad que tienen las hojas de loto.

 

Las hojas de loto son famosas por poseer una de las superficies más repelentes al agua en la Tierra y son casi imposibles de ensuciar. El secreto radica en la estructura de la superficie de la hoja, que se compone de diminutos pilares coronados por una capa de cera. El agua que cae en la hoja no pierde su forma de gotas, que simplemente ruedan con la ayuda de la gravedad o el viento. Las gotas barren la suciedad mientras se deslizan hacia abajo, manteniendo así la hoja limpia.