Se sabía que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) cambió los protocolos de deportación de inmigrantes indocumentados durante la pandemia de coronavirus, que las expulsiones se lograban en máximo 96 horas, pero el secretario interino, Chad Wolf, reveló la realidad: el retorno de extranjeros sin papeles se hace en máximo dos horas.

Así respondió a pregunta hecha por la corresponsal del Univision, Claudia Uceda, sobre las deportaciones aceleradas.

“La Patrulla Fronteriza y no debería retener a personas en entornos congregados en los que no tenemos las instalaciones para asegurarnos de que el COVID-19 no se propague allí”, dijo. “Alrededor del 90% de ellos son devueltos en unas dos horas”.

El funcionario confirmó el proceso durante la conferencia de prensa sobre la primera gran redada en ciudades santuario, ocurrida en Los Ángeles, California, donde se detuvo a 128 inmigrantes, supuestamente la mayoría con récord criminal, aunque la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) confirma que detiene a cualquier extranjero que haya violado las leyes migratorias.

Sobre el proceso de deportaciones cerca de la frontera, Chad –quien todavía batalla para ser confirmado por el Senado– dijo que se trata de una emergencia de salud pública, aunque Univision establece que los protocolos contra la pandemia de coronavirus “no describen este tipo de protocolos”.

“Muchas de estas personas llegaron, usted sabe, bajo nuestro cuidado y custodia sin antecedentes médicos. Es difícil hacer un juicio (diagnóstico) médico”, justificó Wolf.

Se trata, entonces, de una “nueva regla no escrita”, sobre la que alertan abogados consultados por la televisora.

“Si los detienen, el gobierno debería arrestarlos y permitirles pelear su caso de asilo ante un juez e inmigración”, consideró Álex Gálvez, un abogado de inmigración de Los Ángeles.

La mayoría de esas personas no tienen acceso a asesoría legal y desconocen los procesos respectivos.