La inteligencia alemana ha comenzado a vigilar, por dudas sobre su constitucionalidad, a secciones del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), el partido que el sábado auspició una marcha contra la “multiculturalización” en Chemnitz, foco de tensiones de carácter xenófobo desde hace diez días.

La iniciativa del Estado alemán sobre un partido parlamentario -la AfD es la tercera fuerza del Bundestag- no tiene precedentes aunque de momento no implica el inicio de un hipotético y complejo proceso de ilegalización, algo sobre lo que en todo caso debería resolver el Tribunal Constitucional, si se presentase una querella del Ejecutivo o alguna de las cámaras del Legislativo. Los ejecutivos de los estados federados de Bremen y Baja Sajonia anunciaron hoy que han autorizado a su inteligencia regional hacer seguimientos a la organización juvenil de AfD, lo que les permite vigilarlas como organizaciones (pese a que algunos de sus integrantes, como individuos, ya podrían estar siendo controlados).