Freddy Ginebra Giudicelli es heredero del buen humor y embajador de la amistad por excelencia. Este gestor cultural, actor, escritor, abogado y periodista lleva 44 años siendo el amo de la Casa de Teatro, y desea seguir 100 años más, si Dios y la vida se lo permiten.

Ginebra es una de las principales almas en Latinoamérica que atestiguan la necesidad de repensar el teatro desde la fundación que siempre ha tenido las puertas abiertas a nuevos artistas que buscan un espacio para la creación -no importa si son famosos o no lo son-, la casa siempre está abierta para todos y donde la cultura es para todos, según reza su lema.

El 31 de julio del 1974 fundó Casa de Teatro, actual pulmón cultural de Santo Domingo, del que es dueño y señor desde entonces. Ya ha publicado ocho libros y es estrella de cine. Su debut como actor principal en el cine se dio con el largometraje “Mañana no te olvides” (2018).

¿Quién es Freddy Ginebra?
Todavía me pregunto cada mañana quién soy. Diría que un joven en estos momentos atrapado en el cuerpo de un anciano con deseos de celebrar constantemente la vida.

¿Por qué comienza a hacer teatro?
No tenía más alternativa en la vida, desde mi primera experiencia que tuve en la escuela primaria supe que se convertiría en mi pasión. Desde que vi mi primera obra decidí intentarlo. Era una manera de vivir varias vidas y una oportunidad de arriesgarme cada vez que puedo.

¿Cuál fue esa primera obra?
Fue una velada en el instituto escuela. Luego, en Bellas Artes se hacía mucho teatro y, yo no me perdía una. Teatro español y después teatro arena. Me inicié en las azoteas haciendo con Ángel Haché obras que escribíamos juntos.

¿Cómo nace Casa de Teatro?
Una necesidad de un grupo de amigos que por pensar diferente no podían hacer teatro. Me pidieron que les buscará un lugar y no lo pensé dos veces. En esa época pensar diferente se podía pagar con la vida. Felizmente me arriesgué y no me arrepiento.

Además de Casa de Teatro, ¿qué otras teatralidades le están interesando?
Todo me interesa, el mundo cultural me sorprende, lo admiro y me ilusiona, me da el oxígeno para resistir días en que el cielo se nubla de injusticias, violencia y corrupción.

¿Qué pasará con Casa de Teatro cuando el duende ya no esté en sus alrededores?
Eso lo sabrás cuando no esté. Por el momento sueño con llegar a celebrar sus 50 años y, a partir de allí espero que quienes me sucedan mantenga mi misma filosofía de puertas abiertas y oportunidades para los que más lo necesitan.

¿A pesar de tu trayectoria sigues creyendo en los jóvenes artistas de tu país?
El día que pierda la fe en ello estaré muerto. El futuro está en sus manos.

¿Qué vertientes identificas en el teatro dominicano actual?
Muchos jóvenes se atreven, surge el teatro musical, se descubren nuevos talentos; me siento que estoy presenciando la erupción de un volcán, y eso me emociona y me llena de alegría.

¿Por qué no existe una ley de teatro?
Ha dado mucho trabajo conseguir la de cine, imagínate la de teatro.

¿Y cuál debe ser el papel del Estado con respecto al teatro?
El que debe de tener con todo lo que esté bajo su universo. Apoyar, apoyar…

Antes de que pierdas la memoria ¿qué te falta por hacer? .
Tengo un montón de sueños, no caben en estas declaraciones. Soy un hombre joven, apenas 75 años.