Puerto Rico continúa sufriendo las consecuencias de una actividad sísmica que no cesa, causa de un aumento de los miles de refugiados que duermen en las calles por temor a nuevos temblores en la isla, con una economía cada día más castigada.

El territorio caribeño sigue este domingo registrando réplicas del terremoto del pasado martes, de magnitud 6,4, que dejó un muerto y cientos de estructuras dañadas, razón por la que siguen fluyendo hacia los refugios los ciudadanos, muchos cuyas casas se mantienen intactas pero que temen derrumbes por la intensa actividad sísmica.

Los terremotos registrados durante estos días tienen una intensidad poco habitual en Puerto Rico, donde el más relevante del que se tienen datos es el 1918, que alcanzó una magnitud de 7,1 en la escala Richter.