La presentación de la película satírica “La primera tentación de Cristo” (A primeira tentaÁ„o de Cristo) a través de Netflix ha desatado una oleada de protestas por parte de creyentes de la fe cristiana.

Esto porque el audiovisual, producido por el grupo de comediantes brasileño Porta dos fundos, retrata a Jesucristo como homosexual. Son muchos los que alegan haberse retirado de la plataforma de servicios streaming o que lo harán si la comedia no es retirada de la oferta, ya que entienden que ofende a los cristianos.

Pero esta no es la primera vez que una película causa ronchas en los fervientes cristianos que ven como sus dioses son satirisados o colocados en situaciones humanas como los deseos sexuales o el cuestionamiento de sus actos.

Una de las más memorables cintas por la polémica que causó en su momento es “La última tentación de Cristo” (The Last Temptation of Christ, de 1988), de Martin Scorsese.

Con Willem Dafoe en la piel del mesías, la película, cuya exhibición en República Dominica na fue prohibida, a instancias de la iglesia católica, planteaba la posibilidad de que Jesús, en su momento de agonía en la cruz, fuera tentado por la carne, superando así todas las ofertas terrenales que, en su calidad de hijo de Dios, pudo vencer.

En tono humorístico, al igual que la de Porta dos mundos, está “La vida de Brian” (Life of Brian, 1979), que realizó el grupo británico Monty Phynton. En esta se bromea con momentos como el sermón de la montaña desde la óptica de Brian, quien nació al mismo tiempo que Jesucristo, y del que se narra la historia, teniendo como objetivo de las burlas más a los judíos que al Cristo.

Volviendo al tono serio, pero desde la ficción, “El códico Da Vinci” (The Da Vinci Code, 2006), de Ron Howard, y en la que se busca desmitificar a Jesucristo, con el argumento de que estuvo casado con María Magdalena y que habría tenido una hija que fue la iniciadora de la dinastia Carolingia.

Hay más filmes con estos temas, y este conflicto propiciará, contrario a lo que busca, que más gente quiera ver “La primera tentación de Cristo”, gracias a la publicidad que ha tenido.