Asistir a una sesión de una película de terror no tiene mérito: si pasas miedo cierras los ojos, y listo. Lo que realmente da pavor es recorrer un pueblo abandonado por la noche donde se oyen voces o donde cada rama que pisas se convierte en un crujido que te hiela la sangre.

Hay que ser muy valiente para visitar estos seis lugares de España donde han pasado cosas terribles…

Muchos curiosos van con una grabadora al famoso pueblo maldito para dar testimonios de psicofonías que se repiten, como el de la voz de una niña que invita a marcharse

BELCHITE, ZARAGOZA: a ver quién se atreve a visitarlo

Un paseo por el pueblo viejo de Belchite es una de las experiencias más escalofriantes que un ser humano puede vivir, sabiendo que va a salir vivo de allí, claro.

A 49 kilómetros al sur de Zaragoza se encuentra el pueblo nuevo de Belchite (unos 1.600 habitantes). Hay que especificar que es nuevo porque a consecuencia de los enfrentamientos de la Guerra Civil en 1937, el pueblo fue arrasado. En lugar de reconstruirlo, se decidió dejar las ruinas tal cual como recuerdo de la guerra y construir un nuevo pueblo a los pies del viejo utilizando prisioneros republicanos como mano de obra. Se prohibió cualquier tipo de reforma en el pueblo viejo.

Belchite es considerado por algunos investigadores paranormales como un pueblo maldito, asociado a la muerte de cerca de 5.000 personas en las dos semanas que duró la batalla. Los fenómenos más nombrados son las psicofonías de lamentos, disparos y bombardeos, la aparición de sombras en los trozos de balcón que asoman entre los edificios derruidos, o el sonido de las campanas desde lo alto de los restos de la iglesia.

Desde 2007, el perímetro de las ruinas se ha vallado y solo se admiten visitas guiadas. Un paseo por el pueblo viejo de Belchite ya es una experiencia escalofriante, pero si se tiene ganas de más, los viernes y sábados la oficina de turismo ofrece visitas nocturnas centradas en los misterios y leyendas oscuras.

Belchite está considerado por algunos investigadores paranormales como un pueblo maldito: se escuchan psicofonías de lamentos, disparos, bombardeos...
Belchite está considerado por algunos investigadores paranormales como un pueblo maldito: se escuchan psicofonías de lamentos, disparos, bombardeos…

LA MUSSARA, TARRAGONA: dónde está Enrique

Un pueblo abandonado, cuatro amigos que rastrean la zona, uno que desaparece misteriosamente.

En unas montañas asomadas al mar al norte de Reus se encuentra el pueblo abandonado de la Mussara. Las causas de la despoblación de la Mussara son desconocidas, lo que ha dado rienda suelta a leyendas sobre el lugar, si bien se suele culpar a su incomunicación con las poblaciones vecinas: está a sólo 10 kilómetros de Reus en línea recta pero se tarda prácticamente una hora en llegar en coche por lo sinuoso del camino. De hecho, en la zona es aún común la expresión “bajar de la Mussara”, utilizada como sinónimo de ignorar hechos muy conocidos.

Esa expresión tiene relación con la leyenda más famosa del lugar: si pisas una determinada piedra de las numerosas que hay repartidas por el suelo del antiguo pueblo, se abre un portal dimensional que te lleva a un mundo paralelo, de donde los que han podido regresar lo han hecho totalmente desorientados y habiendo perdido la noción del tiempo. No sabemos todavía si esto es verdad, lo que sí es cierto es que en la zona se han denunciado numerosas desapariciones, siendo el caso más famoso el de Enrique Martínez, que salió a recoger setas con tres amigos el 16 de octubre de 1991 y nunca volvió.

Los cuatro amigos iban charlando mientras rastreaban la zona, hasta que se dieron cuenta que Enrique se había quedado atrás. Al no responder a sus llamadas, deshicieron el camino hasta dar con su cesto con un níscalo en su interior, pero él no estaba por ninguna parte. Su coche seguía aparcado donde lo habían dejado y conocía demasiado bien el lugar como para haberse perdido, por lo que pidieron ayuda. Durante los siguientes días hubo batidas de la Guardia Civil, perros adiestrados e incluso los zapadores de montaña del ejército y personas voluntarias, pero nunca se llegó a encontrar ni un sólo rastro de Enrique.

La despoblación de Mussara ha dado rienda suelta a todo tipo de leyendas sobre el lugar.
La despoblación de Mussara ha dado rienda suelta a todo tipo de leyendas sobre el lugar.

OCHATE, BURGOS: el pueblo maldito

Ochate es un pueblo abandonado que se encuentra en el Condado de Treviño, 14 kilómetros al sur de Vitoria. Solo sigue en pie la torre de una antigua iglesia, todo el resto de edificios tienen únicamente parte de sus cimientos. La cercana ermita de de Burgondo mantiene alguna de sus paredes y arcos y desde la pequeña colina en la que se encuentra se puede tener una panorámica de lo que en su día fue el pueblo de Ochate. En unas rocas cercanas hay esculpidas unas antiguas tumbas antropomorfas, datadas del medievo.

Según las leyendas locales, Ochate sufrió a finales del siglo XIX tres epidemias seguidas en tan sólo diez años, llevándose la vida de prácticamente todos sus habitantes. Las poblaciones cercanas, en cambio, se libraron de estas epidemias y siempre consideraron que Ochate estaba marcado por la desgracia.

Se cuenta que muchos curiosos que se han acercado con una grabadora al famoso pueblo maldito han dado testimonios de psicofonías que se repiten, como el de la voz de una niña que invita a marcharse o el de una mujer mayor pidiendo cerrar las puertas. ¿Sugestión colectiva? Le invitamos a visitarlo, si se atreve.

Ochate sufrió tres epidemias seguidas a finales del siglo XIX que acabaron con la vida de prácticamente todos sus habitantes.
Ochate sufrió tres epidemias seguidas a finales del siglo XIX que acabaron con la vida de prácticamente todos sus habitantes.

HOSPITAL DEL TÓRAX, TERRASSA: del mayor índice de suicidios a Operación Triunfo

¿Cómo era posible que un centro sanitario fuera el que encabezaba el índice de suicidios de España? Y durante varios años seguidos. Así comienza esta historia tenebrosa que acaba con la actual edición (la de 2017) de Operación Triunfo. Tal cual.

En la linde de un bosque al norte de la ciudad de Terrassa (Barcelona) se inauguró en 1952 un sanatorio para tuberculosos que en los años setenta pasó a tratar enfermedades relacionadas con la cavidad torácica en general, de ahí que sea más conocido como Hospital del Tórax. En 2009 cerró sus puertas tras haberse centrado durante los últimos años en funcionamiento en enfermos mentales.

La lenta y dolorosa muerte de los enfermos de tuberculosis provocaba una psicosis que en algunos casos conducía al suicidio de los pacientes. Se dice que la mayor parte de los que decidían acabar su vida saltaban al jardín desde la novena planta, siendo sus gritos escuchados por el resto de enfermos. En un círculo vicioso, estos suicidios agravaban el tormento de otros pacientes, que acababan saltando también desde la novena planta. Algunos de ellos afirmaron haber tenido apariciones de enfermos ya fallecidos que les animaban a acabar con su sufrimiento. El Hospital del Tórax era especialmente conocido precisamente por esto: encabezó durante muchos años el índice de suicidios de todo el país.

Según los parapsicólogos, un lugar donde se ha producido un suicidio es propenso a concentrar fenómenos paranormales, por eso ha sido un centro habitual de cazadores de psicofonías. En la antigua iglesia del recinto se han encontrado a menudo pintadas satánicas, por lo que también se dice que puede haber sido utilizado para ciertos rituales. Lo que sí se ha podido demostrar empíricamente es que en una de las plantas se hallaba un almacén que conservaba restos humanos, ya que en 2003 la policía dio con un grupo de menores que confesaron haber robado de allí un feto humano antiguo conservado en formol.

En el Hospital del Tórax se rodaron películas como Los ojos de Julia, Mientras duermes o REC 4, ya que tras una serie de reformas hace un par de años, es ahora el Parque Audiovisual de Catalunya, un centro de producción de creación audiovisual. Si lo visita ahora, verá que actualmente acoge la sede de la Academia y el plató de Operación Triunfo.

ISLA DE PEDROSA, CANTABRIA: nunca hagas una sesión de ouija aquí

Es una isla de la bahía de Santander de 10,4 hectáreas, unida por un puente a la localidad de Pontejos (de unos 1.500 habitantes). Allí ocurrieron cosas realmente extranas.

Los cuatro amigos iban charlando mientras rastreaban la zona, hasta que se dieron cuenta que Enrique se había quedado atrás

En la segunda mitad del siglo XIX se estableció allí un lazareto, una instalación similar a un hospital pero que en lugar de usarse para cuidados médicos, su función era la de recluir en un entorno aislado a pacientes con enfermedades contagiosas, como la lepra o la tuberculosis. Se añadió también un pequeño embarcadero para recibir a barcos mercantes con tripulantes que portaban enfermedades tropicales.

A principios del siglo XX se construyeron otros pabellones en la isla para ampliar los tratamientos a otras enfermedades, pasando el recinto a ser conocido como Sanatorio Marítimo. Dejó de funcionar como tal en 1989 y, tras muchos años de abandono, el pabellón más cercano a la carretera fue rehabilitado por el gobierno regional para albergar un centro de atención a drogodependientes. La mayor parte del resto de pabellones siguen en estado ruinoso y con cierta regularidad se conceden permisos para visitas guiadas por investigadores de lo paranormal.

El Diario Montañés dio cobertura hace unos años a la visita a la Isla de Pedrosa de la investigadora americana Anita Lauda, que contaba que tras una infructuosa sesión de ouija, pusieron en el móvil una versión de Every breath you take, de The Police, y acto seguido se empezó a sentir un tropel de pasos bajando las escaleras del pabellón. Lauda cuenta cómo vieron bajar un grupo de fantasmas de niños vestidos con ropas antiguas, acompañados por una enfermera mayor.

CORTIJO JURADO, MÁLAGA: los jóvenes mueren antes de tiempo

¿Pasarías la noche en un hotel donde han sido torturadas y asesinadas cinco jóvenes? La historia acaba aquí. Pero empezó de otra manera…

Sobre una pequeña colina a las afueras de Málaga se encuentra el Cortijo Jurado, una hacienda burguesa construida a mediados del siglo XIX por una de las más ricas familias de la zona. Se trata de un gran caserón central con capilla y torre, que aún sigue en pie, rodeado de otras edificaciones menores destinadas al ganado y los trabajadores de la vasta explotación agrícola, hoy desaparecidas.

Existe la leyenda que cuenta que, una vez abandonado el cortijo tras la bancarrota de sus propietarios, era relativamente común la práctica de rituales sexuales satánicos y que en los sótanos bajo el edificio principal se torturaban a chicas jóvenes. También se cuenta que estos sótanos están conectados a través de unos pasadizos subterráneos con el cercano Cortijo Colmenares (hoy Club de Golf Guadalhorce, a unos 800 metros al sur), que servían para que los invitados a los rituales pudieran entrar y salir sin ser vistos.

Están oficialmente registradas las desapariciones de hasta cinco jóvenes entre 1890 y 1920 que encontraron torturadas y asesinadas en los alrededores del cortijo. Además, los sótanos del cortijo fueron usados como calabozos durante la Guerra Civil.

Tras una restauración reciente por parte de un grupo inmobiliario, la casa palaciega, de 25.000 metros cuadrados y 5 plantas (3 de las cuales subterráneas), está lista para ser vendida a quien se atreva a establecer un hotel en ella.