Europa Press, Madrid.- Las intensas lluvias y las inundaciones provocadas por estas en el este de África en las últimas semanas están agravando una situación ya de por sí complicada en esta parte del continente, que además de enfrentarse a la pandemia de COVID-19 como el resto del mundo es víctima de la peor plaga de langostas del desierto en décadas, según alerta la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR).

Varios cientos de personas han muerto en los países de la región mientras que unas 500.000 se han visto desplazadas por las inundaciones, que han ralentizado las operaciones en curso para controlar la plaga de langostas y han exacerbado el riesgo de propagación del coronavirus.

Según explica el director regional de la FICR para África, Simon Missiri, «las restricciones de viaje y movimiento para ralentizar la propagación de la COVID-19 están lastrando los esfuerzos para combatir los enjambres de langostas que están arrasando las cosechas».

«Además, las inundaciones son un ‘amplificador de amenaza’ en lo que se refiere a la propagación de la COVID-19, ya que dificulta la adopción de medidas preventivas», subraya Missiri.

Al organismo le preocupa en especial el que muchos de los que se han visto desplazados han tenido que buscar refugio en centros de acogida temporales donde resulta difícil si no imposible mantener las distancias mínimas. Por tanto, subraya, miles de personas están ahora en un mayor riesgo de contraer la COVID-19 u otras enfermedades transmitidas por el agua y necesitan asistencia alimentaria urgente.

«Nos estamos enfrentando a una situación humanitaria inusualmente compleja», reconoce el responsable de la FICR. «Nos preocupa que el número de personas que pasan hambre y enferman aumentará en las próximas semanas mientras las inundaciones y la pandemia siguen afectando seriamente la capacidad de subsistir de muchas familias en la región», admite Missiri.

«Las duras condiciones meteorológicas están teniendo un efecto multiplicador en una situación que ya era difícil y esto podría llevar potencialmente a niveles muy preocupantes de inseguridad alimentaria en la región», alerta el responsable de la FICR.

Según Missiri, «las inundaciones son un fenómeno recurrente» en el África oriental. Por ello, desde la FICR hacen un llamamiento a «los gobiernos y sus socios para que inviertan más en preparación y métodos de control de inundaciones».