El gobernador Andrew Cuomo ha estado rogando a los ricos que regresen a la ciudad de Nueva York desde sus otras residencias, para que con sus impuestos ayuden a compensar el creciente déficit de ingresos fiscales por el coronavirus.

“Literalmente hablo con personas durante todo el día que ahora están en su casa en Los Hamptons (…) Hudson Valley (…) o en Connecticut, y les digo: ’¡Tienes que volver! Iremos a cenar! ¡Te compraré una trago! ¡Ven, cocinaré!”, dijo el gobernador Demócrata el lunes con ironía.

Cuomo reconoció que además de la pandemia, los impuestos han espantado a los millonarios, especialmente por el recargo que se aplica en la ciudad de Nueva York.

La proyección es alarmante, porque el 1% más rico de la población del todo el estado aporta aproximadamente 50% del ingreso fiscal.

La súplica se produce en medio de la disminución de las esperanzas de que el próximo paquete federal de ayuda COVID-19 contendrá ayuda adicional para los gobiernos estatales y locales en dificultades.

Cuomo y otros funcionarios estatales han dicho que si no llegan dólares adicionales a Nueva York en medio de las fuentes de ingresos menguantes, el golpe podría traducirse en recortes del 20% al presupuesto anual en salud, educación y gobiernos locales.

Mientras tanto, Cuomo ha dicho que no está interesado en aumentar los impuestos para los ricos, mientras Nueva York enfrenta un creciente déficit de alrededor de $30 mil millones de dólares en los próximos dos años.

A diferencia, la líder de la mayoría del Senado estatal, Andrea Stewart-Cousins ​​(D-Westchester) y el presidente de la Asamblea Carl Heastie (D-El Bronx), apoyan aumentar aún más los impuestos a los pudientes.

La Legislatura dirigida por los Demócratas ha estado trabajando en un paquete fiscal alternativo durante las últimas semanas, en caso de que Washington no apruebe más ayuda.

Mientras, la tasa de desempleo en los cinco distritos de NYC ronda el 18%, 83% por ciento de los restaurantes no pueden cumplir con las obligaciones mensuales de alquiler y miles de residentes podrían enfrentar avisos de desalojo de sus hogares en los próximos dos meses, resumió New York Post.

Disturbios sociales, crimen y pandemia: tres variables que se han alimentado entre sí en 2020 están causando una huida masiva de los habitantes de NYC, con la consecuente caída del mercado inmobiliario, especialmente entre los más pudientes.

Se ha afianzado una tendencia que ya venía desde 2018, con una pérdida de población en Nueva York, tanto la ciudad como el estado, en parte huyendo de los impuestos y costos, y de un retroceso en la calidad de vida en variables como educación, salubridad, seguridad y transporte, según estudios previos a la pandemia.

A pesar de esa tendencia negativa, el turismo (65 millones de visitantes anuales) y las actividades corporativas, deportivas y culturales mantenían a la ciudad copada y con ingresos, hasta la parálisis que comenzó en marzo.