El reino animal constituye uno de los cinco únicos grupos de organismos que han evolucionado hacia un estado pluricelular complejo. Este se caracteriza por el hecho de que el organismo crece a partir de una sola célula que se convierte en una miríada de células y tejidos diferentes. Los animales probablemente evolucionaron hacia la pluricelularidad a partir de ancestros unicelulares que pasaban por etapas pluricelulares durante sus ciclos vitales. Las plantas terrestres también alcanzaron la pluricelularidad compleja cuando evolucionaron lo suficiente a partir de ancestros algales más simples.

El fósil de un diminuto organismo que vivió hace mil millones de años, muy bien conservado en un yacimiento paleontológico de las Tierras Altas de Escocia, revela rasgos de pluricelularidad casi 400 millones de años antes de que ese rasgo biológico surgiera en los primeros animales.

Estos resultados se han obtenido en una nueva investigación realizada por un equipo internacional que incluye al paleobotánico Paul K. Strother del Boston College en Estados Unidos.

Lo descubierto podría ser el «eslabón perdido» en la evolución temprana de los animales, según el equipo de investigación.

El microfósil, descubierto en la zona de Loch Torridon, contiene dos tipos de células distintas y podría ser el ejemplo más antiguo de pluricelularidad compleja de entre todos los registrados.

El fósil descubierto ofrece una nueva visión de la transición de los organismos unicelulares a los animales pluricelulares complejos. El fósil muestra un organismo que se encuentra en algún lugar entre los seres unicelulares y los pluricelulares, o metazoos.