Desde el 1 de enero pasado ha circulado en las redes sociales en Honduras una convocatoria para la primera caravana migrante del año cuyo objetivo final es ingresar a EE. UU. Esta partiría el 15 de enero y según analistas de migración, por las precarias condiciones de los países de la región, no será la última.

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Un menor con su padre registra su ingreso al país. (Foto: IGM)
Pero los hondureños que atraviesen la frontera se toparán con un plan estructurado por varias entidades guatemaltecas para cortarles el paso y deportados de vuelta a Honduras; es decir, el país se convertirá en el primer gran obstáculo por superar.

Desde octubre del 2018 cuando se formó la primera caravana, las autoridades han identificado que sus integrantes transitan principalmente por dos rutas. La primera que entra por la frontera El Corinto, Puerto Barrios, Izabal, hasta llegar al punto fronterizo de El Ceibo, en Petén.

La segunda ruta es la de los migrantes que ingresan por Agua Caliente, Esquipulas, Chiquimula; llega a la capital, y luego sobre la carretera al Pacífico se enruta hasta llegar a ciudad Tecún Umán, San Marcos.

El viernes pasado, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) presentó el plan de contingencia ante el inminente ingreso de la movilización que se prevé, podría ser más grande que las más recientes, disueltas en octubre y diciembre del año pasado, y que integraban más de tres mil hondureños.

En qué consiste
“A lo largo de las dos rutas plenamente identificadas se contará con puntos estratégicos donde habrá puestos de control”, apuntó el director del IGM, Guillermo Díaz.