En 1978, Stephen King escribió «The Stand» («La danza de la muerte »), una novela sobre un mundo postapocalíptico, donde solo el cinco por ciento de la población sobrevive a una pandemia. ¿Les suena? Cuarenta y dos años después de su publicación, y tras dos intentos fallidos, esta extensa novela se ha convertido en una miniserie de televisión de la mano de Starz Play, que la estrenará mañana 3 de enero (traducida en España como «Apocalipsis»). Con un elenco repleto de estrellas, «The Stand» está protagonizada por Whoopi Goldberg, Alexander Skarsgård, Greg Kinnear, James Marsden y una de las actrices del momento, Amber Heard, que interpreta el personaje de Nadine Cross.

Para la intérprete, 2020 ha sido un año terrible, no solo por la pandemia que limitó su trabajo, sino por la guerra que mantiene en los juzgados con su ex marido, el actor Johnny Depp. Resulta perturbador que la actriz se haya convertido en una de las estrellas más despreciadas en las redes sociales por su enfrentamiento con él. De hecho, esta misma semana, una entrevista suya publicada en YouTube recibió 280.000 «No me gusta», en un movimiento organizado por las fans del actor. Sin embargo, ella se mantiene positiva, encantada de promocionar «The Stand» -uno de sus libros favoritos-, y no se arruga ante la adversidad aunque, eso sí, no permitió en la entrevista ningún tipo de pregunta sobre su ex.

En plena pandemia estrena « The Stand». ¿Estaba planeado?
No, en absoluto. Grabamos la serie antes de que ocurriera la pandemia; y hacía cuatro días que habíamos terminado cuando las autoridades decidieron encerrarnos. Fue impactante. Nuestra historia está basada en una pandemia global que acaba con la mayoría de la población del planeta. Las consecuencias sacan lo mejor y lo peor de los seres humanos, es una batalla final por la supervivencia de nuestra especie. No se trata únicamente de sobrevivir, sino de crear una nueva sociedad que muestre lo mejor del ser humano. Lo sorprendente es que la serie, que ha estado tratando de emitirse durante años, se estrene justo en estos momentos.

¿Es cierto que usted admiraba la novela y llevaba tiempo detrás de su personaje?
Sí. Adoro este libro desde que era una niña. Siempre ha significado mucho para mi porque yo era una niña solitaria, rara, insociable. En esos años, los libros eran mis únicos amigos y estuve así durante bastante tiempo. «The Stand» tiene un lugar muy especial en mi corazón. Cuando conocí a Josh Boone, que escribió la adaptación del guión hace 10 años, hablamos mucho sobre la novela. En mi carrera he aprendido muchas cosas, y una de ellas es confiar siempre en los «freaks» del género cuando se trata del terror, la fantasía o la ciencia ficción. Josh es un súper «freak» que adora este material, y yo estuve esperando que me llamara para el personaje desde que el estudio aprobó la producción de la adaptación de la novela.

El personaje de Nadine es icónico ¿Cuál fue su actitud a la hora de interpretarlo?
Stephen King ha sido capaz de retratar una historia de forma brillante, donde los personajes que viven en ella no representan el bien o el mal como ideas o conceptos generales. Lo que hace interesante a Nadine es su complejidad. Una mujer demasiado artificial si hubiéramos elegido representarla desde una perspectiva fantástica. Dicho esto, ella es una seductora.

Hay que creer en los seductores…
La vida es más entretenida si nos dejamos convencer por los seductores y tal vez los justificamos porque nos identificamos con ese arquetipo. Un seductor puede ser también vulnerable, la seducción y la vulnerabilidad no son excluyentes. No siento que como mujer tenga que pedir perdón por ser vulnerable ni tampoco justificar el hecho de considerarme una seductora. Nadine es tanto una seductora como una sobreviviente. En ella hay mucha ambigu¨edad, pero eso sucede con cualquier ser humano. A todos nos cuesta encontrar el amor, porque la sociedad puede no ser amable, nos aísla, pero hay que luchar contra la alienación que empuja a esconderse.

Alexander Skarsgård es un gran diablo…
Es perfecto para este personaje. Cuando lo ves, te das cuenta que nadie más puede interpretar este papel. Representa al demonio que nos habita, ese que actúa a través de los impulsos más bajos, no desde la caridad sino desde el egoísmo. Creo que es un papel con el que todos debemos identificarnos. El libro de King es una batalla entre el bien y el mal, entre lo mejor y lo peor que habita dentro de los seres humanos; la lucha entre nuestros defectos y nuestras virtudes son el corazón de la trama y lo que hace que los personajes sean tan dinámicos.

Mera en «Aquaman» y Nadine en «The Stand» son muy diferentes, parece que tiene debilidad por personajes ambiguos.

Son mujeres totalmente diferentes. Creo que el público me ve como una mujer villana y no sé por qué. «Aquaman » fue un escape para mí, porque pude interpretar por primera vez a una mujer que no utiliza sus formas femeninas para conjurar las fuerzas del mal (se ríe). Nadine es un personaje con mucho bagaje psicológico. Necesité mucha preparación, francamente; estudié cómo se comportan las personas cuando están siendo maltratadas, y el viaje de Nadine me llevó a comprender a las personas que salen de las sectas.

Nadine se muestra como un personaje capaz de predecir el futuro. ¿Cree usted en el destino?

No creo en nada de lo que no tengo pruebas o que no sea capaz de entender, pero creo que es importante recordar que Nadine vive en el mundo de Stephen King; hiperrealista y surrealista.

Si tuviera que hacer balance del 2020, ¿Qué diría?
Ha sido un año difícil para todos, pero para sobrevivir hay que adaptarse. Cuanto más evolucionamos como seres humanos, más posibilidades tenemos de sobrevivir y de prosperar en la vida.