Científicos brasileños validaron una metodología con la cual se puede mapear la acumulación de péptidos beta-amiloides en el cerebro humano mediante tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés). En pacientes con alzhéimer, dichos péptidos se agrupan en forma anómala y promueven la agregación de placas en la corteza cerebral.

Esta metodología, aliada a otros análisis, constituye una herramienta importante para diferenciar casos de la enfermedad de Alzheimer con respecto a otras demencias degenerativas. Si bien ya se la ha probado en voluntarios, aún no está habilitada para su uso en la rutina clínica.

En este estudio, producto de un Proyecto Temático que contó con el apoyo de la FAPESP – Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo, el equipo de científico validó la metodología de producción de un radiofármaco.

Dicho radiofármaco, denominado “compuesto B de Pittsburgh” (en sus siglas 11C-PiB), actúa como un marcador de la acumulación de péptido beta-amiloide en el cerebro humano. Se lo desarrolló en la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, y es un producto sin patente y con comercialización limitada, sobre todo porque tiene una vida media física sumamente corta: hace uso de un radioisótopo (carbono-11) para marcar la molécula.

“Durante el proyecto de investigación, fue posible producir el radiofármaco en Brasil, puesto que ya se lo utilizaba en grandes centros de investigación del exterior. Aparte de lograr validar la metodología, realizamos pruebas preclínicas en animales y, acto seguido, se la aplicó en pacientes voluntarios”, dijo Geraldo Busatto Filho, coordinador del Laboratorio de Neuroimágenes en Psiquiatría (LIM21) del Hospital de Clínicas, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), y coordinador del Proyecto Temático.

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia neurodegenerativa en ancianos, y es responsable por alrededor del 70% de los casos. Con todo, su diagnóstico resulta aún complejo y en ocasiones tardío: se concreta por exclusión de otras causas de demencia. Sucede que los procesos neurodegenerativos que caracterizan a la enfermedad comienzan años antes de que surjan los primeros síntomas, tales como la pérdida de memoria y la dificultad para seguir conversaciones más complejas o para resolver problemas.