El último cohete Soyuz-FG lanzó el 25 de septiembre en dirección a la estación espacial internacional a los miembros de la expedición número 61. El despegue desde el cosmódromo de Baikonur, a las 13:57 UTC, se efectuó desde la misma rampa que utilizó Yuri Gagarin para su histórico vuelo, y que ahora podría haber visto su última misión. Las próximas se harán con cohetes Soyuz-2, que utilizan otra rampa en el polígono de lanzamiento.

 

A bordo del Soyuz-FG se encontraba la cápsula Soyuz MS-15, con los cosmonautas Oleg Skripochka (Rusia), Jessica Meir (EE.UU.) y Hazza al Mansouri (Emiratos Árabes Unidos) a bordo. Su nave alcanzó el espacio con normalidad y abrió sus paneles solares y antenas en cuanto se separó de la etapa superior de su cohete. Situado en una ruta rápida hacia el complejo orbital internacional, el vehículo maniobró en diversas ocasiones hasta acoplarse por fin al módulo Zvezda, a las 19:42 UTC, tras 5 horas y 55 minutos y cuatro órbitas de viaje.

 

Una vez en el interior de la estación, son nueve las personas que van a trabajar en ella durante unos días. Normalmente, una tripulación de relevo es enviada a ella después de que sus antecesores la abandonen. Pero en este caso, Hazza al Mansouri solo debe efectuar una misión como cosmonauta visitante, y regresará a la Tierra tras 8 días en el espacio. Acompañará, en la Soyuz MS-12, a Aleksey Ovchinin y Nick Hague, cuando estos vuelvan a casa el próximo 3 de octubre.

 

Skripochka y Meir, por su parte, permanecerán junto a Christina Koch, Andrew Morgan, Luca Parmitano y Alexander Skvortsov, iniciando una estancia de más de seis meses. Está previsto que la expedición número 61 lleve a cabo unos 250 experimentos científicos. También instalarán nuevas baterías en el exterior de la estación, repararán el instrumento Alpha Magnetic Spectrometer, y recibirán varias naves de carga.