Los grandes desarrolladores de vehículos autónomos están en guerra. El pasado viernes 24 de febrero, la división de automóviles autónomos de Google, Waymo, interpuso una demanda civil contra Uber en California (EE.UU.) por un presunto delito de robo de información.

Waymo acusa a Anthony Levandowski, director de la división de coches autónomos de Uber y exdirector y cofundador de Waymo, de haber violado la ley de defensa de secretos comerciales y la ley de patentes.

En concreto, Waymo asegura que Uber ha plagiado LIDA, un sistema de radar que combina láser de mapeo 3D y tecnología de detección de distancia desarrollado por Google.

Según la filial de Google, Levandowski se llevó 14.000 archivos de información confidencialque incluían resultados de pruebas- antes de abandonar la compañía.

En el año 2013 Levandowski era el ingeniero estrella del proyecto de coche autónomo de Google.

Tres años después abandonó la compañía y junto a otros tres antiguos compañeros fundó la startup OTTO, una compañía de transporte por carretera que utiliza camiones sin conductores.

Unos meses más tarde, la empresa de transporte privado Uber adquirió OTTO por US$680 millones.

Esta, sin embargo, no es la primera fuga de cerebros que sufren ambas compañías.

Hace unos días, el fabricante automotriz Ford anunció que invertirá US$1.000 millones en la empresa de inteligencia artificial Argo AI, fundada por Peter Rander, antiguo ingeniero del proyecto de coches autónomos de Uber, y Bryan Salesky, director de desarrollo de hardware de Waymo.

Esta compañía, Argo AI, centra sus esfuerzos en el desarrollo de tecnología para vehículos autónomos.

Guerra en Silicon Valley

A pesar de que Google fue pionera en este tipo de tecnología de transporte sin conductor, a día de hoy Uber y el fabricante de automóviles eléctricos Tesla parecen haber adelantado al gigante de Mountain View.

La división de coches autónomos de Uber (#selfdrivinguber) ya ha probado coches autónomos en EE.UU.

Concretamente lo ha hecho en Pittsburgh (Pensilvania) y San Francisco (California).

El Departamento de Vehículos Motorizados de California, sin embargo, suspendió temporalmente los permisos de la compañía después de que uno de los automóviles de Uber se saltara un semáforo en rojo en San Francisco.

«Me parece errónea la lectura de la ley que establece que Uber es un servicio totalmente autónomo porque dentro del coche siempre hay un ser humano».

Sueldos muy altos

Los expertos parecen haber descubierto por qué algunos directivos de Google están abandonando la compañía.

Según un informe publicado por Bloomberg, Waymo «tiene un sistema de compensación inusual» que multiplica los salarios de sus trabajadores.

Estos altísimos sueldos podrían ser la razón de que algunos directivos de la filial de Google hayan decidido probar suerte por su cuenta en los últimos meses, concluye el reporte.

Sin ir más lejos, el antiguo director Chris Urmson abandonó Waymo para fundar Aurora Innovation junto a Sterling Anderson, director de Tesla Autopilot entre noviembre de 2015 y diciembre de 2016.

Hace un mes, Tesla demandó a ambos por utilizar información confidencial para crear un sistema propio, y a Anderson en particular por haber tratado de contratar a 12 ingenieros de la compañía.

Cruce de acusaciones

Otras dos empresas que están en guerra son Apple y Tesla.

En un intento de ponerse al nivel de sus competidores, Apple fichó hace unos meses al exvicepresidente de Tesla Chris Porrit para liderar el proyecto Titán, más conocido como AppleCar.

El director y fundador de Tesla, Elon Musk, criticó con ironía el movimiento del gigante de Cupertino.

«Apple es el cementerio de Tesla. Si no tienes éxito en Tesla, te vas a Apple», dijo Musk.

Las fugas primero de Porrit y ahora de Anderson, sin embargo, parecen no estar debilitando a Tesla.

En su último reporte de ingresos el fabricante de vehículos eléctricos aseguró que no está experimentado retrasos en los planes de producción de su nuevo Model 3, que saldrá al mercado a finales de este 2017 con un precio inicial de US$35.000.

Asimismo, los ingresos de Tesla superaron los US$2.284 millones en el último trimestre de 2016, cifra muy superior a los US$1.210 millones que registró en el mismo período del año anterior.

La compañía, además, prevé aumentar al menos en un 60% de sus ventas durante el primer semestre de este año y anunció que su objetivo es producir 500.000 vehículos en 2018.