Un equipo del Departamento de Podología de la Universidad de Málaga (España) ha demostrado que la forma de caminar de los escolares con sobrepeso presenta un cambio con respecto a los niños sanos. Para llegar a esta conclusión, han utilizado un sistema de análisis biomecánico que estudia  el patrón de marcha y han concluido que existe una forma distinta de balanceo del cuerpo al caminar. Esta situación implica mayor uso de la fuerza y, por tanto, mayor gasto energético para controlar el equilibrio, factores que podrían incidir en la posterior evolución corporal de los chavales.

 

La investigación ha consistido en el estudio de la marcha en niños en edad escolar mediante un nuevo sistema fotoeléctrico que ha comparado las fases del movimiento del pie caminando entre jóvenes obesos y otros con un peso dentro de los valores de normalidad. El proceso ha concluido que en los primeros se produce un  balanceo en el cuerpo al andar mayor, con el consiguiente gasto energético superior y consecuencias para el equilibrio biomecánico y postural. “Es la primera vez que se realiza un análisis biomecánico para valorar la influencia de la obesidad infantil en la marcha, con una muestra tan amplia, con  los niños caminando descalzos y de forma natural, en comparación con estudios anteriores”, indica Jesús Montes, unos de los investigadores del análisis en la Universidad de Málaga a la Fundación Descubre.

 

El trabajo ha analizado la marcha a través del sistema OptoGait ®, una herramienta que analiza de forma detallada cada fase o subfase de los pasos al caminar. Mediante este dispositivo y el software del propio sistema, se miden estas variables en tiempo y longitud. Posteriormente, el análisis estadístico indica las diferencias reales entre los dos grupos del estudio. Principalmente, se observó que en los casos de niños obesos aumentaba el tiempo en el que los dos pies están apoyados al mismo tiempo sobre el suelo, lo cual se denomina Stance phase, concretamente en el momento en el que el peso del cuerpo pasa a cargarse de una pierna a la contralateral. Según estudios anteriores, esta reacción se puede deber a un intento instintivo de control del equilibrio postural.