Cada año, las Perseidas, también conocidas como ‘lágrimas de San Lorenzo’, muestran su pico de actividad a mediados de agosto, cuando la Tierra atraviesa la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle y pasa por su rastro de polvo convertido en estrellas fugaces.

En 2019, este fenómeno comenzó el 17 de julio y terminará el 24 de agosto.

Las llamadas estrellas fugaces son, en realidad, pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas –o asteroides– a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol y que se desprenden debido al ‘deshielo’ producido por el calor solar.

La nube resultante de partículas (meteoroides) se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros.

El cometa Swift-Tuttle fye descubierto en 1862 y actualmente tiene un tamaño aproximado de 26 kilómetros de diámetro.