Hace más de mil años, los grupos humanos presentes en las tierras secas de Bolivia crearon una red de estanques de peces para poder asentarse allí permanentemente y sortear las duras sequías que caracterizan a esta región de la cuenca del Amazonas. Así lo respalda un estudio recién publicado en ‘PLOS One’ a cargo de investigadores de la Universidad Federal del Oeste de Pará (UFOPA) en Brasil.

 

Se trata del primer trabajo que documenta la amplia gama de especies de peces que estuvieron presentes en esos estanques planificados, y proporciona un mayor conocimiento sobre cómo los humanos modificaron el ambiente de la sabana para hacer frente a las sequías.

 

Y es que la región de los Llanos de Moxos, en el centro del país, es una vasta llanura en que solo recibe algunas lluvias entre octubre y abril, mientras que el resto del año se mantiene sin precipitaciones. A partir del año 500 después de Cristo, los humanos comenzaron a crear montículos de tierra monumentales en la región, en los cuales establecieron asentamientos permanentes. Uno de ellos, denominado Loma Salvatierra –ubicado a más de 50 kilómetros del río principal más cercano-, se ha convertido en un importante sitio arqueológico.

 

Estudios previos describieron la existencia de una serie de estanques poco profundos bordeados por muros de tierra baja y conectados por canales con los que se cree que capturaban la lluvia y la almacenaban durante la estación seca, así como para gestionar pescado.

 

En este estudio, los autores realizaron identificaciones osteológicas y taxonómicas de los restos de más de 17.000 peces encontrados en el sitio. Identificaron más de 35 taxones diferentes de peces, con cuatro tipos predominantes: anguilas de pantano, pez gato, pez pulmonado y pez tigre, todos ellos adaptados a condiciones de bajo nivel de oxígeno y niveles de agua fluctuantes, las propicias para sobrevivir en los estanques durante el largo período seco.