El estudio del querógeno, una materia orgánica sepultada durante millones de años, permite, a través de la identificación de sus elementos constitutivos, definir si la roca sedimentaria estudiada contiene hidrocarburos.

Con instrumental óptico de alta precisión, la investigadora Georgina Erra, graduada y docente de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), busca identificar el querógeno contenido en rocas sedimentarias para determinar su capacidad de producción de hidrocarburos.

La investigadora pretende definir si el querógeno, sepultado en las entrañas de la tierra durante millones de años, corresponde a restos algales de origen marino o lacustre, con alto potencial de generación de hidrocarburos, o si se trata de otro tipo de querógeno, proveniente de restos vegetales terrestres, tales como residuos leñosos, cutículas, granos de polen, y esporas, que fueron depositados en ambientes marinos o terrestre, debido al transporte.

“La presencia de querógeno en las rocas sedimentarias permite definir si la roca estudiada se trata, o no, de un reservorio no convencional de petróleo”, detalló la investigadora. Los reservorios no convencionales son aquellos donde el hidrocarburo permanece en la roca generadora, la que se constituye, a su vez, en una roca reservorio. Ejemplo de esto es Vaca Muerta”, explicó Erra, doctora en Ciencias Naturales de la UNLP e investigadora del CONICET.

Cabe aclarar que, en los reservorios convencionales, luego de la formación de gas y petróleo, los fluidos son movilizados desde la roca madre hacia la roca reservorio donde el hidrocarburo se acumula constituyendo yacimientos de importancia comercial.

El petróleo se origina como consecuencia de una serie de transformaciones químicas que sufre el material biológico depositado en grandes cantidades en el fondo de cuencas marinas o lacustres.