Santo Domingo.-  “No me tires fotos sin preguntarme primero, debes preguntarme primero para que me puedas hacer fotos”, le vociferó un nacional haitiano al fotógrafo Raúl Asencio al intentar retratarlo durante un recorrido que hicieron periodistas del Listín Diario por el denominado “Pequeño Haití”, ubicado en el sector San Carlos del Distrito Nacional.

“Aquí nos tratan bien, los dominicanos nos permiten trabajar sin ningún problema y nos llevamos bien”, afirmó otro de los extranjeros que trabajaba en la venta de cocos de ese lugar.

Durante el trayecto que realizaron los reporteros, muchos, al ver que eran retratados, hacían gestos despectivos con los brazos; otros, simplemente se escondían para no ser captados por la cámara.

No obstante, algunos niños haitianos también hacían bromas con los dedos y de manera sonriente al saber que eran fotografiados.

“Voy a salir mañana en primera plana del Listín”, manifestaban con su caja de limpiabotas y su marcado acento extranjero.

Convivencia
Desde las calles Benito González y Hernando Gorjón, hasta Imbert, Enriquillo y La Altagracia; ambos ciudadanos de países hermanos se ayudan mutuamente en los quehaceres de la vida diaria.

Diversos negocios informales se desarrollan allí, los cuales son supervisados o trabajados por ellos mismos; tales como barberías que ocupan las aceras de las calles frente a sus viviendas yestablecimientos comerciales, así como puestos de frituras y pacas de ropas que son tendidas sobre las lonas plásticas.

Otros, por el contrario, se establecen en las esquinas para jugar dominó y barajas, o a simplemente conversar de manera ociosa. Mientras que las haitianas llevan las cubetas repletas de frutas sobre sus cabezas, las dominicanas se tiran al suelo a ofertar sus productos informales; y viceversa.

Desde el llamado “Pequeño Haití”, ubicado en ese mismo sector de la capital; hasta cruzar por Los Guandules, Guachupita, La Ciénaga, Villa Juana, Mejoramiento Social y llegar al Barrio 27 de Febrero; los haitianos forman sus pequeñas comunidades de manera despreocupada.

Los infantes también trabajan. Algunos con cajas de “limpiabotas”, otros como “limpiavidrios”, pero sin lugar a dudas; una gran cantidad lo hace pidiendo dinero.

Haitianos y dominicanos realizan sus actividades cotidianas de manera normal en las calles de distintos sectores de la Capital extendiendo asi el radio de acción del denominado pequeño Hatí.