La diabetes ha alcanzado proporciones epidémicas, afectaba a 451 millones de personas en todo el mundo en 2017, y, se sitúa en la vanguardia de los problemas más graves actualmente para la salud pública. Por ejemplo, en España al menos 1 de cada 10 personas adultas está afectada por la diabetes tipo 2.

La investigación, en la que han participado Fernando Arós, colaborador honorífico y Ángel M. Alonso, profesor asociado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha mostrado que una dieta mediterránea rica en aceite de oliva es capaz de reducir a largo plazo la necesidad de medicación en los diabéticos.

 

En el ensayo clínico, de gran tamaño, se ha realizado una evaluación de 3.230 diabéticos durante 3,2 años con una asignación de tres dietas al azar.

La primera de las pautas alimentarias incluía, junto a la dieta mediterránea, aceite de oliva virgen extra, la segunda cambiaba el aceite por una mezcla de frutos secos y la tercera, destinada al grupo de control, recomendaba una dieta baja en grasas.

Finalmente, y tras analizar a los tres grupos, se ha constatado que las personas asignadas a la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra, reducen en un 22% la necesidad de iniciar medicación antidiabética en comparación con el grupo control, al que se le había recomendado únicamente la dieta baja en grasas.