Una nueva variante genética asociada a la diabetes tipo 2, propia de los nativos americanos, incluidos los mexicanos, fue detectada por un equipo internacional de expertos, en el que participa María Teresa Tusié Luna, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“A partir de los análisis se identificó un gen de riesgo para esta enfermedad, llamado SFI1; sabemos muy poco de su función, pero contribuye al riesgo de adquirir diabetes, principalmente en sujetos con ancestría nativa americana”, afirmó.

La población mexicana está entre las poblaciones humanas con mayor predisposición a diabetes. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, esta afección es la segunda causa de mortalidad en México: 10,3 por ciento de las mujeres la padecen, y 8,4 de los hombres.

En el estudio, el más grande que se ha realizado hasta el momento, se secuenció el exoma (parte del genoma formado por exones, fragmentos de ADN que se transcriben para dar lugar a las proteínas) de personas con y sin diabetes. Se revisó a más de 45.000 en todo el mundo: 20.791 con diabetes tipo 2, y 24.440 sin diagnóstico, pertenecientes a cinco grupos étnicos diferentes. Cerca del 10 por ciento de los analizados es originario de nuestro país.

En conjunto, las señales detectadas explican cerca del 25 por ciento del riesgo genético para desarrollar esta enfermedad. Algunas de las variantes se encuentran dentro de genes previamente asociados a ella, y se incluyen genes que se han propuesto como blancos farmacológicos para su tratamiento.

La universitaria explicó que el genoma es resultado de procesos de selección; cada población pasó por distintos eventos a través de su historia; los individuos actuales portan variantes genéticas que en algún momento les confirieron alguna ventaja evolutiva. Entonces, para conocer los factores que nos predisponen a distintas enfermedades es necesario estudiar los diferentes grupos humanos.

“Los mestizos-mexicanos tenemos un fondo genético europeo y nativo americano, principalmente; entonces, las ventajas obtenidas por los pueblos originarios para sobrevivir con carencia de alimento y condiciones climáticas extremas seleccionó a individuos eficientes en acumular grasa; hoy, esta estructura genética nos predispone a distintas enfermedades, pues nuestro estilo de vida actual incluye una dieta altamente calórica y menos ejercicio”.