¿Me recuperaré de esta lesión? Responder a esta pregunta que muchos pacientes se plantean después de sufrir una caída o cualquier tipo de accidente o enfermedad, es aún un reto para la medicina. Y es que, los mecanismos moleculares que discriminan entre el éxito y el fracaso regenerativo siguen siendo un misterio para la ciencia. A pesar de que las lesiones en el sistema nervioso periférico pueden ser parcialmente reversibles, las lesiones del sistema nervioso central no pueden regenerarse de la misma manera. Esta falta de capacidad regenerativa es la principal responsable de los déficits funcionales, por ejemplo, después de una la lesión medular.

Entender los mecanismos que conducen hacia la regeneración medular, así como identificar las posibles dianas terapéuticas que se pueden utilizar para el tratamiento de lesiones traumáticas del sistema nervioso central, son cuestiones de gran relevancia en la investigación biomédica.

En un estudio publicado recientemente en la revista EMBO Journal, fruto de la colaboración entre investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y el Imperial College de Londres en el Reino Unido, los investigadores han analizado la capacidad regenerativa del sistema sensorial de los ganglios de la raíz dorsal (DRG). La razón es que estas neuronas tienen una rama axonal en el sistema nervioso central y otra en el periférico, que salen de un solo cuerpo celular, permitiendo estudiar los mecanismos implicados en la capacidad regenerativa de los nervios periféricos versus la incapacidad del sistema nervioso central.

 

“Las lesiones al sistema nervioso periférico responden de manera diferente de cómo lo hacen en el sistema nervioso central. Identificar diferencias en la respuesta celular en ambas ramas del sistema sensorial nos permite identificar posibles dianas para el tratamiento de lesiones medulares” comenta el profesor Simone Di Giovanni, responsable de la investigación.

Los investigadores descubrieron que las lesiones en la rama periférica, pero no en la central, desencadenaban una ola de calcio que a su vez activaba una cascada de reacciones bioquímicas que acababa inactivando una enzima llamada HDAC3. Esta enzima es un regulador epigenético que, mediante estudios de secuenciación masiva y análisis funcionales bioinformáticos, los investigadores identificaron que silenciaba la expresión de los genes esenciales para la regeneración axonal.