El dragón verde, también conocido como dragón de agua chino (Physignathus cocincinus), se ganó su nombre por sus tácticas de defensa. Cuando el peligro acecha, estos reptiles, procedentes del sur de China y el sudeste asiático, se sumergen en el agua y aguantan su respiración durante al menos 25 minutos. Pero esta no es la única habilidad que posee este animal.

 

Un equipo de científicos del Smithsonian Conservation Biology Institute (SCBI) en EE UU ha descubierto que las hembras pueden tener crías a partir de partenogénesis, es decir con el desarrollo (por división reiterada) de células sexuales femeninas sin fecundación por parte del macho.

 

En las hembras de pitón, de tiburón de cabeza de pala, de dragón de Komodo o incluso de ciertas aves como el pavo silvestre (Meleagris gallopavo) o el gallo (Gallus gallus), entre otros animales, ya se había descrito este tipo de reproducción, pero es la primera vez que se registra en el dragón verde y la familia de lo agámidos, que incluye unas 400 especies de reptiles de varios continentes.

 

El estudio, publicado recientemente en la revista PLoS ONE, se centra en una hembra que, después de nacer en 2006 en el Zoo de St. Louis, llegó con cuatro meses al Smithsonian’s National Zoo en Washington (EE UU). El ejemplar pasó varios años aislado o solo con otras hembras hasta alcanzar la madurez sexual.

 

En 2009, la hembra empezó a poner huevos a pesar de no haber estado nunca en contacto con individuos macho de su propia especie. Hasta 2015, estos huevos fueron desechados automáticamente porque se pensaba que no estaban fecundados. Sin embargo, cuando los cuidadores empezaron a incubarlos para un proyecto de investigación sobre la fertilidad de los reptiles, se llevaron una gran sorpresa.