Fisiopatología de la cirrosis hepática.–  La cirrosis hepática aparece como resultado de una afectación que se extiende por todo el hígado. Primero se desarrolla un proceso de fibrosis y después se pierde la arquitectura normal del hígado. Como consecuencia aparecen unos pequeños nódulos que no son los propios de este órgano y así va desapareciendo el tejido normal habitual. Las funciones que normalmente lleva a cabo el hígado no se pueden realizar y van apareciendo problemas en el sistema vascular. Al final aparecerá la llamada hipertensión a nivel de la vena porta (aumento del gradiente de presión venosa hepática >10 mm Hg; normal ≤5 mm Hg). Este aumento de la presión provocará la aparición de una circulación colateral entre la vena porta y la circulación del resto del organismo, concretamente a nivel del esófago, del recto y de la pared del abdomen. En la evolución de esta enfermedad encontraremos que va aumentando el tamaño del bazo y se va acumulando líquido en el abdomen (que llamamos ascitis). Por lo tanto la cirrosis del hígado es el estadio más avanzado de diferentes enfermedades crónicas del hígado.

Causas de cirrosis hepática

– La ingesta excesiva y crónica de alcohol – Las hepatitis por virus de la hepatitis B, C y D
– Las hepatitis de tipo autoinmunitario
– Enfermedades de tipo hereditario como el déficit de Alfa-1 Antitripsina, la mucoviscidosis o fibrosis quística, la hemocromatosis, la enfermedad de Wilson o la galactosemia
– La atresia biliar
– Reacción severa a algunos fármacos
– Ciertas exposición a contaminantes del ambiente ambiente
– Situaciones de fallo del corazón que se presentan de forma repetida y que se acompañan de congestión hepática
La cirrosis no es una enfermedad que aparece de forma rápida sino que todas estas causas tardan años en provocarla.

Síntomas de la cirrosis hepática

  • Síntomas generales que suelen aparecer en cualquier tipo de cirrosis: cansancio, astenia, anorexia que puede acompañarse de vómitos y disminución del peso, hinchazón abdominal y malestar general.
  • Otros síntomas que pueden aparecer:

– Las arañas vasculares que suelen localizarse en la mitad superior del cuerpo, cuello y cara.
– El eritema palmar o enrojecimiento de las palmas de las manos
– Enrojecimiento de los labios y la lengua
– Picores generalizados
– Piel fina, delgada, con arrugas, que muestra a su través los vasos sanguíneos
– Dolores abdominales que se localizan en la zona derecha alta o hipocondrio
– Cuadros febriles, aparición de hematomas o/y hemorragias
– Edemas en las extremidades inferiores y en el abdomen (se llama ascitis)
– Disfunción eréctil en los hombres y alteraciones en la menstruación en las mujeres
– Ginecomastia en los hombres

En fases muy avanzadas de la enfermedad encontraremos una coloración amarillenta de la piel y la conjuntiva de los ojos (ictericia), problemas en la coagulación de la sangre, aumento de la presión de la sangre a nivel de la vena porta, varices en el esófago y aumento en el tamaño del bazo.
En estadios finales podemos encontrar un cuadro neurológico denominado encefalopatía hepática que indica que el hígado ya no es capaz de hacer sus funciones de forma correcta. Por esta razón se acumularán en la sangre diversas sustancias tóxicas para el sistema nervioso.

Diagnóstico de la cirrosis hepática

Para el diagnóstico de sospecha de la cirrosis hepática se utilizan los análisis de sangre (tiempo de protombina, enzimas hepáticos), los síntomas, la exploración clínica y las pruebas de imagen como la ecografía. Todo ello en un paciente con unos antecedentes que nos pueden sugerir esta patología como son los problemas de alcoholismo o las hepatitis B o C. En ciertos casos es mas complicado determinar cuales han sido las causas que han desencadenado la cirrosis. A menudo es necesario practicar una biopsia de tejido hepático para confirmar el diagnóstico.

Como es la ecografia del hígado en la cirrosis hepática

Los bordes del hígado se difuminan y se vuelven irregulares. Encontramos un lóbulo izquierdo y un lóbulo caudado anormalmente grandes. En cambio el lóbulo derecho es mas pequeño de lo normal. La hipertensión en la vena porta se manifiesta por la aparición de una dilatación de la vena porta (superior a 15 mm de diámetro) y por la presencia de la circulación colateral que describíamos en el párrafo anterior (especialmente a nivel de la vena gástrica izquierda, de la vena esplénica y de la vena umbilical. Solemos encontrar también un aumento en el tamaño del bazo. A veces encontramos un aumento de tamaño de la vesícula biliar y su pared engrosada, con o sin la presencia de cálculos en su interior. Cuando además se ha desarrollado un cáncer en el hígado suele aparecer una pequeña lesión hipoecogénica en la ecografía (si el diámetro es mayor a 2 cm es muy alta la probabilidad de que se trate deun cáncer). El TAC no aporta gran cosa a la ecografía: unicamente nos dará mas información cuando exista una sospecha de un cáncer de hígado.

Cirrosis hepática alcohólica

La cirrosis hepática representa la tercera y última fase de los problemas del hígado (llamadas también hepatopatías) causadas por el consumo excesivo de alcohol. Esta fase es irreversible. Las otras dos etapas previas son el hígado graso (esta etapa todavía benigna y reversible abandonando el consumo de alcohol) y la hepatitis alcohólica leve (en la que encontramos diversas alteraciones en los análisis de sangre y que todavía puedes ser reversible si se deja de beber) o grave (puede ser mortal). El alcohol que llega a nuestra sangre se depura a nivel del hígado y es la primera causa de cirrosis (representa entre el 50 y el 75% de los casos).

Tratamiento de la cirrosis

Una vez se ha instaurado la cirrosis hepática no hay solución ya que es un proceso irreversible. Lo mas importante es prevenirla no abusando en la ingesta de alcohol y previniendo las hepatitis B o C, dos de sus causas mas frecuentes. Por lo tanto lo que vamos a tratar son las posibles complicaciones que pueden aparecer una vez ya se ha diagnosticado y, para ello, será importante:
– No beber alcohol
– Evitar al máximo tomar medicamentos ya que su depuración por parte del hígado va a estar comprometida
– Hacer una dieta saludable con verduras, frutas, … y con poca sal
– No suelen necesitar ningún tratamiento con medicamentos excepto si hay alguna complicación, una causa o un síntoma que lo justifique
(diuréticos en caso de edemas, colestiramina en caso de prurito, …).
– El único tratamiento realmente curativo es el trasplante que se plantea en fases muy avanzadas de la enfermedad y que tiene una tasa de éxitos muy alta. Unicamente hay un problema cuando la causa que ha provocado la cirrosis es una hepatitis de tipo vírico ya que en estos casos puede reaparecer en el hígado trasplantado.