Las hojas del araticú o Rollinia emarginata, un árbol de pequeño porte que crece en el noreste de Argentina y otros países de la región, se usan en medicina tradicional para hacer gárgaras y buches contra los dolores de garganta y muelas. Ahora, investigadores de San Luis descubrieron que puede tener una aplicación terapéutica adicional: contiene alcaloides que son efectivos contra una bacteria que provoca gastroenteritis en niños.

Se trata del microorganismo Yersinia enterocolitica, un “pariente” del agente causal de la peste, que se transmite por agua y alimentos contaminados (como cerdos) y produce fiebre, dolor abdominal y diarrea. En algunos casos, como en pacientes inmunodeprimidos, puede llevar a la muerte. Mucho más frecuente en países fríos del hemisferio norte, como Alemania y Finlandia, la llamada “yersiniosis” también se ha detectado en el país, aunque se supone que la mayoría de los casos quedan sin diagnosticar.

En el nuevo estudio, los científicos probaron en cultivos in vitro que 2 de 17 tipos de compuestos ensayados, llamados oliveridina y pachipodantina, “logran una inhibición del patógeno mayor al 70%” y con una duración del efecto que se prolonga hasta 96 horas, señaló a la Agencia CyTA-Instituto Leloir la doctora Cecilia Lucero–Estrada, del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (IMIBIO), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).

Lucero-Estrada, quien codirigió el estudio junto al doctor Carlos Pungitore, del Instituto de Investigación en Tecnología Química (INTEQUI) y la UNSL. añadió que ambos alcaloides son de baja toxicidad, “por lo que los resultados son alentadores”.

 

Del estudio también participó la bióloga molecular Natalia Di Marco, becaria Interna del CONICET en la UNSL.